Desde un tiempo a esta parte (2006) se ha popularizado la festividad nacional del ‘Orgullo friki’ en este día 25 de Mayo para visibilizar a todas aquellas personas con intereses afincados en la subcultura popular.
La aparición de este día (autóctono de España), surgió tras la reunión organizada de un puñado de foreros en la plaza de Callao de Madrid y se popularizó hasta nuestros días, haciéndolo coincidir con fechas tan icónicas como la primera entrega de la Saga Star Wars en 1977 o El día de la toalla.
Sí, el día de la toalla.
No, no es que estemos rindiendo tributo a un artículo de menaje del hogar.
El día de la toalla es la celebración anual en la que se conmemora la obra de Adam Douglas. En este icónico día, todos los fans conmemoran su vida y su trabajo llevando una toalla consigo para hacer referencia a su obra más aclamada: Guía del autoestopista galáctico.
En su libro, la guía electrónica ofrece un consejo a todos aquellos que quieran ser autoestopistas:
«La toalla es el objeto más útil que el autoestopista intergaláctico puede llevar consigo. Tiene muchos usos prácticos: puedes arroparte con ella para que te de calor mientras saltas por las lunas de Jaglan Beta o puedes tumbarte sobre ella en la arena brillante de las playas de Santraginus V. Y, por supuesto, puedes secarte con ella si todavía está lo suficientemente limpia»
El primer día en que se celebró esta festividad fue 2001, dos semanas después de la muerte de Adam Douglas, y desde entonces es muy popular (sobre todo en Reino unido), asistir al trabajo con una toalla sobre los hombros.
¡Ya eres un poco más sabio en cuanto a Sci-Fi se refiere! Te recomiendo encarecidamente que leas ‘Guía del autoestopista galáctico’ si no quieres asistir a un buen recital de poesía vogona.
La peli está bien, pero el libro es un libro absolutamente notable.
En realidad, probablemente se trate del libro más notable que jamás publicaran las
grandes compañías editoras de la Osa Menor, de las cuales tampoco ha oído hablar
terrestre alguno.
Y no sólo es un libro absolutamente notable, sino que también ha tenido un éxito
enorme: es más famoso que las Obras escogidas sobre el cuidado del hogar espacial,
más vendido que las Otras cincuenta y tres cosas que hacer en gravedad cero, y más
polémico que la trilogía de devastadora fuerza filosófica de Oolon Colluphid En qué se
equivocó Dios, Otros grandes errores de Dios y Pero ¿quién es ese tal Dios?
En muchas de las civilizaciones más tranquilas del margen oriental exterior de la
galaxia, la Guía del autoestopista ya ha sustituido a la gran Enciclopedia galáctica como la
fuente reconocida de todo el conocimiento y la sabiduría, porque si bien incurre en
muchas omisiones y contiene abundantes hechos de autenticidad dudosa, supera a la
segunda obra, más antigua y prosaica, en dos aspectos importantes.
En primer lugar, es un poco más barata; y luego, grabada en la portada con simpáticas
letras grandes, ostenta la leyenda:
NO SE ASUSTE.
(Cómo no te voy a querer, Douglas Adams. ¡Cómo no te voy a querer!)